La estructura del agua cambia cuando se filtra mecánicamente, cuando se trata con productos químicos y cuando se contamina con diferentes sustancias nocivas o toxinas, como los estrógenos. Todos estos factores hacen que el agua pierda parte de sus beneficios curativos. Pero la ciencia nos dice que la estructura del agua es más importante que su composición química. Existe una diferencia entre el agua «caótica» (no estructurada) y el agua estructurada (hexagonal) que puede encontrarse en los ríos con mucho caudal.

El Dr. Gerald Pollack, de la Universidad de Washington, es una de las principales figuras en el estudio del agua estructurada. Después de más de una década estudiando la ciencia y las tecnologías del agua, el Dr. Pollack cree que las fuentes de luz y calor de la naturaleza afectan profundamente al agua, porque cambian la composición molecular del agua que bebemos y almacenamos en nuestro organismo.

El agua estructurada puede tener un pH óptimo, algo crucial para la salud y una fuente de energía especial que nos ayuda a mantenernos hidratados al máximo. Debido a las muchas funciones que el agua y la hidratación tienen en el organismo, se dice que el agua estructurada tiene estas ventajas:

La idea detrás del agua estructurada es que, incluso después de entrar en el organismo y llegar a las células, el agua puede reestructurarse si se expone a ciertas fuentes de energía. Estas fuentes de energía capaces de reestructurar el agua son, entre otras, las fuentes de calor (como el sol, la Tierra, los dispositivos de radiación o almohadillas térmicas), la luz infrarroja e, incluso, el contacto humano.