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Unos días antes de comprar mi Ruby, tenía una sensación de inquietud en las piernas. Ese tipo de nerviosismo como cuando no puedes estar sentado sin moverte. Tenía que cambiar de postura cada dos por tres, moverme, cruzar las piernas, etc. Seguro que tenía algo que ver la tensión muscular por las carreras de larga distancia a las que me había dedicado intensamente últimamente, pero también influían las horas que pasaba cada día en el ordenador y en el teléfono.
Soy un gran admirador de Somavedic, así que hacía tiempo que tenía en casa algunos de sus modelos, como el Uran y el Amber, y tenía curiosidad por saber cómo me iba a ir con el modelo Ruby. ¿Cómo me iba a sentar la proclamada armonización de los chacras, en especial del chacra del corazón?
Enchufé el dispositivo y, en un par de minutos, empecé a sentir cómo me invadía una interesante sensación de paz, vacío y calma. De repente, desapareció la sensación de inquietud que tenía en las piernas y me di cuenta de que llevaba media hora sentada en el sillón sin moverme. Y estaba realmente disfrutando de esa sensación. Era una sensación tan agradable como la que sientes después de una fantástica sesión de meditación. Era imposible no notarlo…
Mi primera experiencia con el Ruby no terminó ahí. A las 23:00, saqué a pasear a nuestro perro y, de repente, oí el canto de un gallo. Cantaba cada 15 segundos sin parar. Era la primera vez que oía un gallo cantar por la noche. Era una sensación alucinante, casi como en un sueño. Pensé: «¿Tendrá algo que ver con esto el aparatito rojo que tenemos en casa?» En ese momento, me di cuenta de que cuando estuve en el Amazonas unos años antes, participando en rituales chamánicos con Ayahuasca, en momentos de miedo y purificación interior, solía escuchar el ladrido de un perro. Y, al contrario, en momentos alegres de unidad, amor, seguridad y claridad, oía cantar a los gallos.
Entonces caí en la cuenta de que no había ningún gallo, sino que estaban cantando alegremente en mi cabeza, igual que en la selva durante esos estados alterados de conciencia. ¡Qué experiencia más increíble, qué estado mental más alucinante! No tuve que hacer miles de kilómetros para armonizar mi chacra del corazón y alterar mi conciencia, lo viví en mi propia casa.
Gracias, Ruby…
Martin