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El estrés oxidativo puede producirse cuando existe un desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes de nuestro organismo. Nuestras células producen radicales libres durante los procesos metabólicos normales. Ahora bien, las células también producen antioxidantes que neutralizan estos radicales libres. Por lo general, el organismo es capaz de lograr un equilibrio entre los antioxidantes y los radicales libres.
Son muchos los factores que contribuyen al estrés oxidativo y a la sobreproducción de radicales libres. Entre estos factores están:
Un estrés oxidativo mal controlado puede acelerar el proceso de envejecimiento y contribuir al desarrollo de numerosas dolencias.
Los efectos del estrés oxidativo son diversos y no siempre perjudiciales. Por ejemplo, el estrés oxidativo derivado de la actividad física puede tener efectos saludables y correctores en nuestro organismo.
Además, un estrés oxidativo leve puede protegernos de infecciones y enfermedades. En un estudio de 2015, se observó que el estrés oxidativo limitaba la progresión de las células de melanoma en ratones.
Sin embargo, un estrés oxidativo prolongado daña nuestras células, proteínas y ADN. Esto puede propiciar el envejecimiento y tener un papel importante en el desarrollo de una serie de enfermedades.
Es fundamental recordar que tanto los radicales libres como los antioxidantes son necesarios para nuestro organismo. Un exceso o una carencia de cualquiera de los dos puede causar problemas de salud.
Aquí tienes algunas recomendaciones de dieta y estilo de vida para reducir el estrés oxidativo en tu organismo:
Un peso saludable puede ayudar a reducir el estrés oxidativo. Según un estudio de 2015, el exceso de células grasas genera sustancias inflamatorias que aumentan la inflamación y la producción de radicales libres en las células del sistema inmunológico.